domingo, 8 de septiembre de 2013

8 de septiembre, Natividad de Nuestra Señora.



La celebración de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue introducida hacia el siglo VII y era celebrada con una procesión-letanía, que terminaba en la Basílica de Santa María la Mayor.

El Evangelio no nos da datos del nacimiento de María, pero hay varias tradiciones. Algunas, considerando a María descendiente de David, señalan su nacimiento en Belén. Otra corriente griega y armenia, señala Nazareth como cuna de María.

Sin embargo, ya en el siglo V existía en Jerusalén el santuario mariano situado junto a los restos de la piscina Probática, o sea, de las ovejas. Debajo de la hermosa iglesia románica, levantada por los cruzados, que aún existe -la Basílica de Santa Ana- se hallan los restos de una basílica bizantina y unas criptas excavadas en la roca que parecen haber formado parte de una vivienda que se ha considerado como la casa natal de la Virgen.

Esta tradición, fundada en apócrifos muy antiguos como el llamado Protoevangelio de Santiago (siglo II), se vincula con la convicción expresada por muchos autores acerca de que Joaquín, el padre de María, fuera propietario de rebaños de ovejas. Estos animales eran lavados en dicha piscina antes de ser ofrecidos en el templo.

La fiesta tiene la alegría de un anuncio premesiánico. Es famosa la homilía que pronunció San Juan Damasceno (675-749) un 8 de septiembre en la Basílica de Santa Ana, de la cual extraemos algunos párrafos:

"¡Ea, pueblos todos, hombres de cualquier raza y lugar, de cualquier época y condición, celebremos con alegría la fiesta natalicia del gozo de todo el Universo. Tenemos razones muy válidas para honrar el nacimiento de la Madre de Dios, por medio de la cual todo el género humano ha sido restaurado y la tristeza de la primera madre, Eva, se ha transformado en gozo. Ésta escuchó la sentencia divina: parirás con dolor. A María, por el contrario, se le dijo: Alégrate, llena de gracia!

¡Oh feliz pareja, Joaquín y Ana, a ustedes está obligada toda la creación! Por medio de ustedes, en efecto, la creación ofreció al Creador el mejor de todos los dones, o sea, aquella augusta Madre, la única que fue digna del Creador. ¡Oh felices entrañas de Joaquín, de las que provino una descendencia absolutamente sin mancha! ¡Oh seno glorioso de Ana, en el que poco a poco fue creciendo y desarrollándose una niña completamente pura, y, después que estuvo formada, fue dada a luz! Hoy emprende su ruta la que es puerta divina de la virginidad. De Ella y por medio de Ella, Dios, que está por encima de todo cuanto existe, se hace presente en el mundo corporalmente. Sirviéndose de Ella, Dios descendió sin experimentar ninguna mutación, o mejor dicho, por su benévola condescendencia apareció en la Tierra y convivió con los hombres".



Hoy nace una clara estrella,
tan divina y celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace de ella.

De Ana y de Joaquín, oriente
de aquella estrella divina,
sale luz clara y digna
de ser pura eternamente;
el alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.

No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella
y con luz tan celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.

Gloria al Padre, y gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.



Muchas son las advocaciones que celebran fiesta en este día. Pero desde este blog que siente especial predilección por la advocación más dulce de María Santísima la DIVINA PASTORA DE LAS ALMAS.


Precisamente hoy día 8 de septiembre se cumplen en este año 310 años, desde aquel glorioso día, que el Capuchino Fray Isidoro de Sevilla, presentara al mundo el glorioso icono de María Santísima con título y traje de Pastora, llevándo el cuadro en un estandarte y presidiendo la Procesión devotísima de la Sacra Corona, desde la Iglesia de San Gil hasta la Alameda de Hércules, donde predicó largamente exaltando las excelencias de la nueva advocación.

Desde entonces el mundo la venera y la ensalza como Divina Pastora de nuestras Almas.




ALABADA SEA LA SANTÍSIMA TRINIDAD

BENDITA SEA LA EXCELSA MADRE DE DIOS MARÍA SANTÍSIMA

BENDITA SEA SU GLORIOSA NATIVIDAD 

BENDITO SEA EL DÍA QUE FRAY ISIDORO LA MOSTRÓ 

BENDITÓ SEA SU DULCÍSIMO NOMBRE DE PASTORA 

BENDITO EL REGALO DE DIOS A LOS HOMBRES 


También otras advocaciones predilectas para nosotros como las que ahora ponemos de María Santísima: 


NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS CORONADA, (PATRONA DEL PUERTO DE SANTA MARÍA)







Pues por Divina Patrona, 


te venera esta ciudad, 


Dulce Madre de Milagros, 


ten de tus hijos piedad. 


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NUESTRA SEÑORA DE GRACIA CORONADA, (PATRONA DE CARMONA) 




Virgen de Gracia,

Patrona Santa,

Eres de Carmona,

rosa sin mancha. 


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NUESTRA SEÑORA DEL VALLE CORONADA (PATRONA DE ÉCIJA)






Virgen del Valle Reina y Señora,

Eres la Madre de mi ciudad,

Eres María quien me enamora

La eterna meta de mi caminar.


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NUESTRA SEÑORA DE SETEFILLA CORONADA (PATRONA DE LORA DEL RÍO)




Viva la Virgen de Setefilla,

que en nuestro pecho tiene su altar,

y viva siempre Lora del Río

que su Patrona siempre será.

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