Algunas congregaciones religiosas, en acción de gracias por la intercesión mariana, introdujeron en sus calendarios propios una fiesta del Patrocinio de la Virgen sobre su instituto. Es el caso de los dominicos. Como afirma el Maestro General fray Humberto de Romans: "La Virgen María fue una grande ayuda para la fundación de la Orden y se espera que la lleve a buen fin" (Opera, II, 70-71). Vemos así como la Orden de Predicadores reconocía desde sus inicios la protección de la Virgen.
La celebración del Patrocinio de María sobre la Orden de Predicadores se celebró en la liturgia en coincidencia con el aniversario de la bula de fundación de la Orden el 22 de diciembre de 1216, pero ante la debida preferencia de las ferias de Adviento inmediatas a Navidad, se propone su celebración el 8 de mayo, pues también en este día diversos calendarios litúrgicos de otros propios ya celebran diversos títulos de María.
Pero esta fiesta de noviembre, en España fue iniciativa de la monarquía. El Rey Felipe IV, recordando los favores que a lo largo de los siglos habían recibido sus antecesores por mediación especial del patrocinio de la Virgen María y en medio del aluvión de males que afligía a España por entonces, acordó poner su Corona bajo el Patrocinio de la Santísima Virgen.
Habiendo acudido a la Santa Sede, accedió Alejandro VII Chigi, el 28 de julio de 1656, a que se estableciese la fiesta del Patrocinio de Nuestra Señora en un domingo de noviembre. El Breve que publicó el arzobispo de Toledo, don Baltasar de Moscoso y Sandoval, basta para dar una idea exacta de esta festividad puramente española y su especial origen. La Real Cédula en que se comunicó este Breve a todas las autoridades, encargando su más puntual cumplimiento, decía así: "El Rey. En la devoción que en todos mis Reinos se tiene a la Virgen Santísima, y en particular con que yo acudo en mis necesidades a implorar su auxilio, cabe mi confianza de que en los aprietos mayores ha de ser nuestro amparo y defensa; y en demostración de mi afecto y devoción, he resuelto que en todos mis Reinos se reciba por Patrona y Protectora, señalando un día, el que pareciere, para que en todas las ciudades, villas y lugares de ellos se hagan novenarios, habiendo todos los días Misas solemnes con sermones, de manera que sea con toda festividad, y asistiendo mis Virreyes y gobernadores y Ministros, por lo menos un día, haciéndose procesiones generales en todas partes, con las imágenes de mayor devoción de los lugares, para que con gran solemnidad y conmoción del pueblo se celebre esta fiesta".
Soberana emperatriz de los cielos y de la tierra, Hija primogénita del Padre, Madre dignísima del Divino Verbo, esposa fidelísima del Espíritu Santo, espejo sin mancha, imagen perfectísima de la bondad de Dios, gloria inmortal de Jerusalén, alegría imperdonable de Israel, y honra indecible de nuestro pueblo, postrado humildemente a vuestros divinos y soberanos pies, os suplico con el mayor rendimiento y veneración, que usando de tus antiguas misericordias, mires por esta patria y favorezcas en todo tiempo y lugar a los que buscan tu Divina protección: y supuesto, Madre supercelsa, que eres poderosa en el cielo, donde triunfas gloriosamente como Reina; poderosa en el paraíso, donde quebrantaste la cabeza a Lucifer; poderosa en el infierno, de cuyo lugar tenebroso preservas la caída de innumerables criaturas; poderosa en el purgatorio, de donde sacas infinitas almas de cautiverio; poderosa contra todos los males de cuerpo y alma, y poderosa contra todos los enemigos así visibles como invisibles; ejercitad continuamente para consuelo y desempeño glorioso de tus hijos; y conseguid Madre y abogada nuestra, de la infinita piedad de nuestro Dios y Señor, el perdón de nuestros pecados, la perseverancia para los justos, la exaltación de nuestra santa fe católica, una paz general entre los reyes y príncipes cristianos, la conversión de los infieles y herejes al gremio de nuestra Santa Iglesia, la salud para los enfermos, el consuelo y resignación para los cautivos y encarcelados, el descanso para las almas del purgatorio y todos los socorros que verdaderamente necesitamos: y colocadme a mí, reina soberana, bajo la sombra de tus divinas alas, para que disfrutando tu favor todos los que celebran tu santo Patrocinio, vivamos consolados en este miserable destierro, y después te veamos gloriosamente colocada, como Reina de todo lo criado, a la derecha de tu dulce Hijo, que vive y reina con el Padre, en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos.
Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios.
No deseches las súplicas que te dirigimos
en nuestras necesidades;antes bien,
líbranos siempre de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
Santa Madre de Dios.
No deseches las súplicas que te dirigimos
en nuestras necesidades;antes bien,
líbranos siempre de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
Desde Arequipa Perú los saludo. Les agradecería que me informaran la fuente por la cual obtuvieron la foto de la Virgen que aparece pintada en óleo con la cabeza inclinada hacia la derecha y con los brazos extendidos. Se trata de un Patrimonio cultural desaparecido denominado La Portera de La Merced. Fue sustraído en agosto de 1995 del templo de La Merced de la ciudad de Arequipa. Su colaboración es muy importante. Cualquier información hacerla llegar al email investigacionsemiotica@gmail.com
ResponderEliminarEl único dominico que aparece en el óleo de la Virgen es San Raymundo de Peñafort. El resto de personajes son los más representativos mercedarios, miembros de la III Orden de La Merced. La Virgen que Ud. llama del Patrocinio lleva el escudo de La Merced en su pecho. Le invito a visitar a través de Facebook el muro Semiotika especialmente creado para la difusión de la desaparecida original. Saludos.
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