Virgen de la Orden de los Carmelitas Descalzos.
Al siglo: Ana García. Nació en la villa castellana de Almendral (Toledo) el 11 de Octubre de 1549.
Fue la primera hermana de velo blanco que Santa Teresa recibió en Avila en el convento de San José a la profesión religiosa entre sus descalzas primitivas en 1572.
Con el tiempo, Santa Teresa, la escogería por compañera, secretaria y enfermera. Comenzó a leer y a escribir inesperadamente de la letra de Santa Teresa y en sus brazos murió la Santa de Avila en 1582.
A partir de 1604 la Beata Ana fue Priora de varios Monasterios y el alma de la difusión del espíritu y obra teresianos por tierras de Francia y Flandes.
Sufrió mucho por mantener inalterable el verdadero espíritu de la Orden de las Carmelitas Descalzas, según Santa Teresa, y por ser auténtica hija de la Iglesia con un celo por la salvación de las almas.
Fue la primera hermana de velo blanco que Santa Teresa recibió en Avila en el convento de San José a la profesión religiosa entre sus descalzas primitivas en 1572.
Con el tiempo, Santa Teresa, la escogería por compañera, secretaria y enfermera. Comenzó a leer y a escribir inesperadamente de la letra de Santa Teresa y en sus brazos murió la Santa de Avila en 1582.
A partir de 1604 la Beata Ana fue Priora de varios Monasterios y el alma de la difusión del espíritu y obra teresianos por tierras de Francia y Flandes.
Sufrió mucho por mantener inalterable el verdadero espíritu de la Orden de las Carmelitas Descalzas, según Santa Teresa, y por ser auténtica hija de la Iglesia con un celo por la salvación de las almas.
Fundó los Carmelos de Pontoise y de Tours. En 1611, fue a Flandes y funda el de Amberes donde orando contra la incursión de los herejes en la ciudad, se le conoce por la libertadora de Amberes; allí muere entregando su alma a Dios, el 7 de junio de 1626, a los 76 años.
Su caridad y su don de contemplación fueron extraordinarios. Escribió Su Vida, Instrucción de Novicias, Cánticos Espirituales, Ejercicios para cada día del año, De la Pasión de Cristo, Del Nacimiento de Cristo y muchas cartas. Fue beatificada por Benedicto XV el 6 de mayo de 1917.
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Oremos: Señor, tú que revelas tu grandeza en la humildad de tus siervos, nos has dado en la Beata Ana un ejemplo de caridad y de paciencia; concédenos, por sus méritos, que imitando la vida de Cristo y amando a nuestros hermanos, vivamos según tu beneplácito. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Su caridad y su don de contemplación fueron extraordinarios. Escribió Su Vida, Instrucción de Novicias, Cánticos Espirituales, Ejercicios para cada día del año, De la Pasión de Cristo, Del Nacimiento de Cristo y muchas cartas. Fue beatificada por Benedicto XV el 6 de mayo de 1917.
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Oremos: Señor, tú que revelas tu grandeza en la humildad de tus siervos, nos has dado en la Beata Ana un ejemplo de caridad y de paciencia; concédenos, por sus méritos, que imitando la vida de Cristo y amando a nuestros hermanos, vivamos según tu beneplácito. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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BEATA ANA DE SAN BARTOLOMÉ, virgen (1549-1626)
Nació en Almendral de la provincia de Toledo, el 10 de octubre de 1549. Sus padres--Fernando y María--eran muy buenos cristianos y educaron cristianamente a su hija.
Gracias a su autobiografía, que escribió por obediencia, conocemos muchos detalles de su preciosa vida. Toda ella está transida de hechos sencillos y conmovedores en los que se aprecia el influjo que ejerció en su alma la gracia de Dios a la que no solamente no puso obstáculo alguno, sino que supo colaborar para que la obra saliera perfecta.
Cuenta ella misma que desde tan pequeñita que casi no sabía hablar ni entender, ya tenía un gran miedo al pecado y una gran pena por si podía perder la gracia de Dios. "Lloro, dijo en cierta ocasión cuando apenas tenía cinco añitos, porque rengo miedo de pecar y condenarme".
Al igual que la Santa Madre Teresa de Jesús, que la elegirá como su "secretaria y enfermera" nos contará las ricas experiencias místicas que el Señor obró generosamente en su alma. A los diez años quedó huérfana y sus hermanos mayores la encargaron de cuidar ovejas. Lo hacía con gran cariño y entrega. Se cuenta que se le aparecía el Niño Jesús y pasaba ratos deliciosos jugando con él como si tal cosa. Hacía ermitas y altarcillos como los hiciera unos años antes en Ávila Santa Teresa. Después escribirá Ana: "En todas partes se me mostraba el Niño Jesús y parecía que crecía conmigo". Esto le ayudaba a vivir continuamente en la presencia de Dios y a llevar una vida de intensa vida de oración y de sacramentos. Pasaba horas pensando en Dios y ensimismada en alta contemplación.
Cuando cumplió los 21 años, sus hermanos la animaban a que contrajera matrimonio. Ella se resistía ya que decía que se había consagrado al servicio del Señor y que le había consagrado para siempre su virginidad. Pero tanto y con tantas razones la empujaban a formar un hogar que casi estuvo a punto de ceder si es que encontrase un "joven muy santo, muy rico, muy agradable y que la ayudase a servir mejor al Señor". Mientras esto pensaba, se le apareció aquel Niño de hacía años, ahora ya en edad juvenil, mientras le decía al oído: "Yo soy el que tú quieres y conmigo te has de casar" y desapareció.
Desde entonces ya sólo ansió consagrarse del todo al Señor en el estado religioso. Quiso ser carmelita del recién fundado convento de San José por la Madre Teresa de Jesús. Un hermano suyo quiso impedirlo y hasta casi la atravesó con su espada para obstaculizar su ingreso, pero por fin todos cedieron y el 1 de noviembre de 1570 ingresaba en la Orden de la Virgen.
Ana se entregó de lleno a la vida del Noviciado siendo modelo para las mismas profesas. Fue la primera "freila" que recibió la Santa Madre en su Reforma. Santa Teresa se vio obligada a frenar sus ímpetus de mortificación y oración por miedo a que enfermara y le dijo: "Hay que poner las cosas en su punto: cuando a orar, orar, cuando a dormir, dormir.. ." .
La Santa Madre, para probarla en la humildad, hace como que no se da cuenta de las maravillas que el Señor obra en su hija predilecta y la ordena se entregue a los más humildes oficios: portera, cocinera, enfermera y la hace su misma "secretaria" y ella, que apenas sabía leer ni escribir, lo hace de modo maravilloso. Ana será quien reciba su último suspiro en Alba el 4 de octubre de 1582. Ana extenderá el Carmelo en Francia y Flandes. Trabajó siempre mucho por la Iglesia y por la salvación de las almas... Le había dicho al Señor: "Señor, cuando me llevéis, que sea sin ruido". Fue el 7 de junio de 1626 en Amberes. Fuente:
Nació en Almendral de la provincia de Toledo, el 10 de octubre de 1549. Sus padres--Fernando y María--eran muy buenos cristianos y educaron cristianamente a su hija.
Gracias a su autobiografía, que escribió por obediencia, conocemos muchos detalles de su preciosa vida. Toda ella está transida de hechos sencillos y conmovedores en los que se aprecia el influjo que ejerció en su alma la gracia de Dios a la que no solamente no puso obstáculo alguno, sino que supo colaborar para que la obra saliera perfecta.
Cuenta ella misma que desde tan pequeñita que casi no sabía hablar ni entender, ya tenía un gran miedo al pecado y una gran pena por si podía perder la gracia de Dios. "Lloro, dijo en cierta ocasión cuando apenas tenía cinco añitos, porque rengo miedo de pecar y condenarme".
Al igual que la Santa Madre Teresa de Jesús, que la elegirá como su "secretaria y enfermera" nos contará las ricas experiencias místicas que el Señor obró generosamente en su alma. A los diez años quedó huérfana y sus hermanos mayores la encargaron de cuidar ovejas. Lo hacía con gran cariño y entrega. Se cuenta que se le aparecía el Niño Jesús y pasaba ratos deliciosos jugando con él como si tal cosa. Hacía ermitas y altarcillos como los hiciera unos años antes en Ávila Santa Teresa. Después escribirá Ana: "En todas partes se me mostraba el Niño Jesús y parecía que crecía conmigo". Esto le ayudaba a vivir continuamente en la presencia de Dios y a llevar una vida de intensa vida de oración y de sacramentos. Pasaba horas pensando en Dios y ensimismada en alta contemplación.
Cuando cumplió los 21 años, sus hermanos la animaban a que contrajera matrimonio. Ella se resistía ya que decía que se había consagrado al servicio del Señor y que le había consagrado para siempre su virginidad. Pero tanto y con tantas razones la empujaban a formar un hogar que casi estuvo a punto de ceder si es que encontrase un "joven muy santo, muy rico, muy agradable y que la ayudase a servir mejor al Señor". Mientras esto pensaba, se le apareció aquel Niño de hacía años, ahora ya en edad juvenil, mientras le decía al oído: "Yo soy el que tú quieres y conmigo te has de casar" y desapareció.
Desde entonces ya sólo ansió consagrarse del todo al Señor en el estado religioso. Quiso ser carmelita del recién fundado convento de San José por la Madre Teresa de Jesús. Un hermano suyo quiso impedirlo y hasta casi la atravesó con su espada para obstaculizar su ingreso, pero por fin todos cedieron y el 1 de noviembre de 1570 ingresaba en la Orden de la Virgen.
Ana se entregó de lleno a la vida del Noviciado siendo modelo para las mismas profesas. Fue la primera "freila" que recibió la Santa Madre en su Reforma. Santa Teresa se vio obligada a frenar sus ímpetus de mortificación y oración por miedo a que enfermara y le dijo: "Hay que poner las cosas en su punto: cuando a orar, orar, cuando a dormir, dormir.. ." .
La Santa Madre, para probarla en la humildad, hace como que no se da cuenta de las maravillas que el Señor obra en su hija predilecta y la ordena se entregue a los más humildes oficios: portera, cocinera, enfermera y la hace su misma "secretaria" y ella, que apenas sabía leer ni escribir, lo hace de modo maravilloso. Ana será quien reciba su último suspiro en Alba el 4 de octubre de 1582. Ana extenderá el Carmelo en Francia y Flandes. Trabajó siempre mucho por la Iglesia y por la salvación de las almas... Le había dicho al Señor: "Señor, cuando me llevéis, que sea sin ruido". Fue el 7 de junio de 1626 en Amberes. Fuente:
La Encarnación acogerá los actos de su fiesta
La beata Ana de San Bartolomé, recordada este sábado
La fiesta de la beata Ana de San Bartolomé se celebrará este sábado próximo, a partir de las 19 horas, con una celebración eucarística en la que podrá verse una reliquia de la monja amiga de Santa Teresa.
La Asociación ´Amigos de Ana de San Bartolomé´ es la organizadora de esta celebración que se lleva a cabo con motivo de la festividad de la beata, el 7 de junio y que, por coincidir con un día laborable, se ha trasladado hasta el sábado. El monasterio abulense de Carmelitas Descalzas de la Encarnación acogerá esta eucaristía que presidirá el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, miembro del Comité de Honor de la asociación, junto con el Provincial del Carmelo en Castilla y varios frailes carmelitas.
Asimismo, se contará con la actriz María Jesús Valdés, también miembro de la asociación, quien hará las lecturas de la misa, y con la mezzosoprano Sonnia L. Rivas-Caballero, autora del disco Coloquio de Amor -Recital de poemas cantados de Teresa de Jesús, Juan de la Cruz y la Ana de San Bartolomé sobre música española del s. XVI, editado por RTVE-Música-,que interpretará a capella algunos poemas de la beata. Al finalizar la celebración se dará a venerar la reliquia de la beata que el Carmelo de Amberes -última fundación de Ana de San Bartolomé y donde murió el 7 de junio de 1626- ha donado a la Asociación ´Amigos de Ana de San Bartolomé´. Es la primera vez que la reliquia de la beata se venera en Ávila, lugar donde profesó y de donde salió en 1604 para implantar el Carmelo Teresiano en Francia y Flandes.
La beata Ana de San Bartolomé, recordada este sábado
La fiesta de la beata Ana de San Bartolomé se celebrará este sábado próximo, a partir de las 19 horas, con una celebración eucarística en la que podrá verse una reliquia de la monja amiga de Santa Teresa.
La Asociación ´Amigos de Ana de San Bartolomé´ es la organizadora de esta celebración que se lleva a cabo con motivo de la festividad de la beata, el 7 de junio y que, por coincidir con un día laborable, se ha trasladado hasta el sábado. El monasterio abulense de Carmelitas Descalzas de la Encarnación acogerá esta eucaristía que presidirá el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, miembro del Comité de Honor de la asociación, junto con el Provincial del Carmelo en Castilla y varios frailes carmelitas.
Asimismo, se contará con la actriz María Jesús Valdés, también miembro de la asociación, quien hará las lecturas de la misa, y con la mezzosoprano Sonnia L. Rivas-Caballero, autora del disco Coloquio de Amor -Recital de poemas cantados de Teresa de Jesús, Juan de la Cruz y la Ana de San Bartolomé sobre música española del s. XVI, editado por RTVE-Música-,que interpretará a capella algunos poemas de la beata. Al finalizar la celebración se dará a venerar la reliquia de la beata que el Carmelo de Amberes -última fundación de Ana de San Bartolomé y donde murió el 7 de junio de 1626- ha donado a la Asociación ´Amigos de Ana de San Bartolomé´. Es la primera vez que la reliquia de la beata se venera en Ávila, lugar donde profesó y de donde salió en 1604 para implantar el Carmelo Teresiano en Francia y Flandes.
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