Canto:
Flos Carmeli
Vitis Florigera
Splendor coeli
Virgo puerpera
Singularis y singular
Mater mitis
Sed viri nescia
Carmelitis
Sto. Propitia
Stella maris
GOZOS
Prodigioso y admirable
Imán de nuestro desvelo;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
Salve, Reina de los, cielos,
De misericordia Madre,
Vida y dulzura divina;
Esperanza nuestra, Salve;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
Dios te Salve, Templo hermoso
Del divino Verbo en carne,
Sálvete Dios, Madre Virgen,
Pues eres Virgen y Madre;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre..
Volvednos, Madre piadosa,
Vuestros ojos admirables,
Y mirad por vuestros hijos,
Pues que sois piadosa Madre;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
Socorrednos, pues escucha
Que en las penas y combates
A ti suspiramos todos
En este lloroso valle;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
Mostradnos a vuestro Hijo
De Josafat en el Valle,
Piadoso, pues que nació
De ese cristal admirable;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
Rogad por vuestros devotos
A la bondad inefable;
Pues murió para salvarnos,
Por su clemencia nos salve;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
V. Ruega por nos, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
SALUTACIONES
1ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los serafines, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque me habéis dado vuestro Escapulario. Dios te salve, María, etc.
2ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los serafines, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario sois salud de mi alma. Dios te salve, María, etc.
3ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los tronos, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario me protegéis contra todos los peligros.Dios te salve, María, etc.
4ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis una y mil veces; las dominaciones, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario me defendéis de las tentaciones del enemigo. Dios te salve, Maria, etc.
5ª. Madre mía del Carmen y Reina de mi corazón, bendita seáis; los querubines, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario sois la paz y la alegría de mi alma. Dios te salve, María, etc.
6ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los arcángeles, los justos y los santos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario me habéis hecho especialísimo hijo vuestro. Dios te salve, María, etc.
7ª. Madre mía, madre de mi corazón y Reina de mi amor, os doy mi alma, mi vida, mi corazón, y quiero que os alaben las Virtudes y todas las criaturas, porque con vuestro Escapulario me habéis infundido la esperanza de que os veré en el cielo… No me dejéis, Madre mía. Dios te salve, María, etc.
¡Oh piadosísima Virgen! Vos, que nueve siglos antes de existir fuisteis vista en profecía por el siervo de Dios nuestro Padre San Elías, y venerada por sus hijos allá en el Carmelo… Vos, que en carne mortal os dignasteis visitarles y les dispensasteis celestiales consuelos… Vos, que vigiláis siempre por la virtuosa familia que tuvo por Superior a vuestro estimado hijo San Simón Stock, por Padres y reformadores a la Seráfica Virgen y mística Doctora Santa Teresa de Jesús y al esclarecido y extático San Juan de la Cruz, así como por una de sus dignísimas hijas a la ejemplar Esposa de Jesucristo Santa María Magdalena de Pazzis, vuestra devotísima sierva… Vos, que engalanasteis a dicha Orden con la estimable prenda del Santo Escapulario.., y, en fin, Vos, que de tantas maneras habéis demostrado vuestro cariñoso amor a los carmelitas y sus allegados, recibid benévola mi corazón ardiente de fervoroso entusiasmo hacia la más pura de las criaturas y la más candorosa de las madres. No permitáis, Señora, que el león rugiente asuste mi espíritu en el camino de la perfección, y haced que logre arribar a salvamento en la gloria, como lo habéis alcanzado de vuestro Divino Jesús para los que, invocándoos con fe e imitando vuestras virtudes, murieron píamente con vuestra enseña. Amén.
OREMOS
Oh Dios, cuya misericordia es sin cuento y cuya bondad es tesoro inagotable, damos gracias a tu piadosísima Majestad por los beneficios que nos has concedido, no cesando con todo de suplicar a tu clemencia, que, pues nos concedes lo que te pedimos, no nos abandones, sino antes nos dispongas para recibir los premios de la vida futura.
Asístanos, Oh Señor, la fuerza del Espíritu Santo, que limpie nuestros corazones y nos defienda de todas las adversidades.
Omnipotente y eterno Dios, que hermoseaste a la Orden del Carmen, a quien enaltece el título de Orden de la Gloriosa y Bienaventurada Virgen María, con los méritos de tus santos, nuestros padres Elías y Eliseo profetas, Ángelo y Anastasio mártires, Cirilo y Alberto confesores, Eufrasia y Eufrosina vírgenes, y otros muchos, y la restauraste maravillosamente por medio de NSM Teresa de Jesús, y por medio de NSP Juan de la Cruz la propagaste venturosamente, te suplicamos que por sus méritos y sufragios podamos venir a Ti. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Virgen pura,
Salve, Virgen Madre,
Salve, Virgen bella,
Reina Virgen, Salve.Gózate, María,
Patrona del Carmen,
Con las alabanzas
Que dan tus cofrades.Tu amparo buscamos
Benigno y suave,
Hoy los desterrados
En aqueste valle.Eres del Carmelo
La Pastora amable,
Que tus ovejuelas
Das pasto suave.A Ti, pues, clamamos
Buscando piedades:
¡Ea, pues, Señora,
No nos desampares!Es tu Escapulario
La cadena grande
Con que se aprisiona
El dragón infame.Vuelve ya a nosotros
¡Oh piadosa Madre!
Tus benignos ojos,
Llenos de piedades.Pues con tu defensa
Viven tus cofrades
Libres de peligros
Y de todos males.Muéstranos, María,
Benigno y afable,
De tu puro vientre
El fruto admirable.Es contra el Infierno
Tu poder tan grande,
Que libras las almas
De eternos volcanes.Si, por nuestras culpas,
Penas a millares
Merecemos todos,
Tu favor nos salve.Y, si al Purgatorio
Bajan tus Cofrades,
Pedimos, Señora,
Que al punto los saques.¡Oh clemente! ¡oh pía!
¡Oh cándida ave!
¡Oh dulce María!
Salve, Salve, Salve.
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